Hasta que el salario los separe

Colaboración para Canal Antigua. 



No es necio afirmar que son otros tiempos. Y más para las vida en pareja. El antiguo modelo en el cual el hombre era el “todopoderoso” que mantenía a la familia, si bien se mantiene, poco a poco, va cambiando.

Los roles de género se transforman, y la mujer ya puede ocuparse de la manutención de una pareja o familia; sola, o junto al hombre. Pero, ¿qué ocurre cuando las diferencias económicas son marcadas entre uno y el otro? ¿cómo lidiar con los problemas que puedan surgir? Aquí te presentamos algunos consejos para manejarlo.

Un asunto moderno

Las finanzas o la administración de los recursos monetarios es uno de los problemas actuales de las parejas modernas. Ya sea que el hombre o la mujer tenga un mejor salario que el otro, los problemas pueden presentarse.

Como asegura el doctor José Antonio García, la economía es fundamental y afecta todos los aspectos de la vida. “Sobre todo influye en la toma de decisiones; aunque en circunstancias normales cada integrante de la pareja puede tomar ciertas áreas de gasto, al final quien tiene la mejor fuente de dinero, tiene la última palabra”, detalla.

“La dinámica de pareja en general puede verse afectada, pues pueden existir competencias acerca de quién aporta más en el hogar, y por lo tanto tiene mayor poder para tomar decisiones”, resalta el psicólogo clínico y experto en terapia de pareja, Andrés G. Asturias.

Pero, aunque por los roles sociales y sus significados el hombre puede sentirse inferior o incluso sexualmente disminuido ante una situación de este tipo, esto no es una norma.

“Ocurre más a menudo, aunque no necesariamente se debe a los roles culturales. En ocasiones las molestias también se deben a luchas de poder y dificultades para lograr acuerdos de la pareja”, explica Asturias.

Cómo afrontarlo

Este es el caso de Esteban, su esposa tiene un salario que triplica lo que él recibe mensualmente. Por eso le propuso que le pague por lo servicios del hogar, pues podría ganar mejor que en su actual trabajo.

Pero sin llegar a extremos, si se da el caso, para ambos lados, las claves pasan por no recordar o destacar que uno “mantiene” al otro y tener una dosis de motivación. “Es importante controlar los sentimientos de inferioridad, aportar al hogar mediante otros esfuerzos y evitar los autoreproches destructivos. En la contraparte, quien gane más, también deberá evitar sentirse culpable; y tomar acciones constructivas para su pareja”, aduce el experto.

En suma, el punto es no comparar las condiciones financieras de ambos; y, desde la mujer, evitar aludir la hombría de su pareja. Además de no minimizar en su papel de esposo o esposa, y estimularle cuanto sea posible.

Mejor prevenir

Pero antes de caer en este tipo de situaciones, es mejor discutir y acordar de forma clara, cómo será el manejo de las finanzas en pareja, antes de tomar la decisión de estar juntos. Los acuerdos deberán ser claros, explícitos y justos para ambos; además de contemplar planes de contingencia ante una emergencia; que podría ser que alguno de los dos se quede sin trabajo.

Por otro lado, como afirma García, en el caso del matrimonio, hay que tener en cuenta que es un “contrato” entre dos personas, en el que un acuerdo económico es primordial.

“Las relaciones económicas tienen que estar muy claras, respaldadas legalmente y equitativas, para que ninguno de los dos se sienta engañado”, señala.

A esto añade Asturias: “es importante que ambos mejoren sus capacidades de negociación y resolución de conflictos, así como su empatía con el otro”, explica; pero si al final no encuentras una solución y las discusiones entre ambos son improductivas, no dudes en solicitar ayuda a un experto.